2004 Septiembre

  1. La Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología, como órgano oficial de la sociedad Colombiana de Cirugía Ortopédica y Trumatología, publicará artículos de la especialidad o relacionados con ella, previa aprobación del comité editorial.
  2. Los trabajos, salvo circunstancias especiales, deben ser inéditos y suministrados del editor y exclusivamente a la revista. Su reproducción total o parcial debe contar con la aprobación dar crédito a la publicación original.
  3. Los trabajos deben ser remitidos a Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología ( Apartado Aéreo 91298 Santa fe de Bogotá) , en original en disquete de 3.5 pulgadas, compatibles, con sistema IBM PS2, preferiblemente en Word Perfec o en MSWord, y una copia en papel de éste, tamaño carta a doble espacio, empleando una sola cara del papel, y guardando un margen izquierdo de 4 cm. Deben venir acompañados de una carta del autor principal en donde se exprese claramente que el trabajo ha sido lído y aprobado por todos los autores, e igualmente informar si se ha sometido parcial o totalmente a estudio por parte de otra revista. El autor debe guardar copia de todo el material enviado.
  4. Cada componente del trabajo debe iniciarse en una nueva página de acuerdo a la siguiente secuencia: página del título, resumen y palabras clave, texto, resumen en inglés (summary), agradecimientos, bibliografía, tablas (cada tabla en página separada con su título y notas) y leyendas para las figuras.
  5. En la primera página se incluye el título corto que refleje el contenido del artículo, el nombre del autor y sus colaboradores con los respectivos títulos académicos y el nombre de la institución a la cual pertenece. Se señalan los nombres y direcciones del autor responsable de la correspondencia relacionada con el trabajo y aquél a quien debe solicitarse las separatas. Se especifican las fuentes de ayuda para la realización del trabajo en forma de subvenciones, equipos y drogas.
  6. El resumen de no más de 150 palabras, debe enunciar los propósitos del estudio o de la investigación, los procedimientos básicos, los hallazgos principales y las conclusiones.
  7. El texto debe incluir introducción, material y métodos, resultados y discusión; las abreviaturas deben explicarse y su uso limitarse. Su extensión no debe ser mayor de 30 páginas a máquina a doble espacio, tamaño carta, y se acepta un máximo de 5 ilustraciones.
  8. La bibliografía se enumera en orden alfabético y se escribe a doble espacio 
    • En caso de revistas: apellidos e iniciales del nombre del autor y sus colaboradores (si son más de 5 puede escribirse, después de los 3 primeros, et al o cols.; título completo del artículo, nombre de la revista abreviado según el estilo del Index Medicus, año de publicación, volumen, páginas inicial y final. Para el uso de la puntuación siga el ejemplo: Jones HR., Siekert RG., Neurologic manifestations of bacterial endocarditis. Ann Int Med, 1969; 71: 21-28
    • En caso de libros: apellidos e iniciales de todos los autores, título del libro, edición, ciudad., casa editorial, año, páginas inicial y final. Para el uso de la puntuación, sígase el ejemplo: Fenilchelo O. Teoría psicoanalítica d ela neurosis, 3a de, Buenos Aires: Editorial Paidós; 1966: 56
    • En caso de capítulos de libros: apellidos e iniciales de los autores del capítulo, título del capítulo, autores o editores del libro, título del libro, edición, ciudad, casa editora, año, páginas inicial y final. Para el uso de la puntuación, sígase el ejemplo: Drayer BP, Poser CM. “Enfermedad de inclusión citomegálica del SNC”. En Toro G., Vergara Y., Saravia J., Poser CM., eds. Infecciones del sistema nervioso central. Santafé de Bogotá: Fondo Educativo Interamericano S.A.; 1978 172-175.
  9. Las tablas y cuadros se denominarán tablas, y deben llevar numeración arábiga de acuerdo al orden de aparición. El título correspondiente debe estar en la parte superior de la hoja y las notas en la parte inferior. Los símbolos para unidades deben aparecer en el encabezamiento de las columnas. Las unidades deben expresarse en el Sistema Internacional S.I. las fotografías, diapositivas, gráficas, dibujos y esquemas se denominan figuras, se enumeran según el orden de aparición y sus leyendas se escriben en hojas separadas. Al final de las leyendas de la microfotografías se debe indicar la colaboración y el aumento utilizado. Todo material como fotografías. Diapositivas, etc., deben ir marcados con su respectivo orden numérico y el nombre del trabajo o el apellido del autor. Las fotografías de las histologías serán sacadas a color, por lo tanto sus originales deben tener una buena reproducción. Si son gráficas o dibujos deben ser elaborados en cartulina blanca o papel vegetal con tinta china e indentificarse con el número de orden en la parte inferior. Si una figura o tabla ha sido previamente publicada se requiere permiso escrito del editor y debe darse crédito a la publicación original. Si se utilizan fotografías de personas, éstas no deben ser identificables; en caso contrario, debe obtenerse el permiso escrito para emplearlas.
  10. El comité editorial podrá seleccionar como editorial aquel trabajo que merezca destacarse por su calidad y su importancia para nuestra especialidad.
  11. Se consideran actualizaciones aquellos trabajos que contienen una completa revisión de los adelantos recientes ocurridos en un campo específico de la ortopedia.
  12. Comunicaciones breves son aquéllas que presentan la opinión o experiencia personal del autor sobre un tema que se considera de interés para la ortopedia. Puede acompañarse de una breve revisión.
  13. Presentación de casos son los trabajos destinados a describir uno o más casos que el autor considere de interés especial. Deben constar de resumen, descripción detallada del caso y discusión.
  14. Las cartas al editor son comentarios cortos sobre algún material previamente publicado por la Revista Colombiana de Ortopedia y traumatología.
  15. La Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología no asume ninguna responsabilidad por las ideas expuestas por los autores.
  16. Para las citas de referencias la abreviatura de la Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología es Rev. Col. Or. Tra.
  17. Los artículos serán sometidos al proceso de revisión editorial, en donde podrán ser modificados, cambiados o corregidos por los editores, para mejorar la redacción, gramática, ortografía y presentación. El autor correspondiente recibirá una prueba (galera) que él debe revisar cuidadosamente, aportando los cambios mínimos indispensables y aclarando las dudas de los editores.

La comunicación médico-paciente

Según los principios de ética médica en la cirugía Ortopédica “la adecuada relación Médico-Paciente constituye el propósito primario dentro del cuidado del paciente y es el centro de todas las consideraciones éticas. El cirujano Ortopedista debe estar dedicado a brindar un servicio médico competente, con compasión y respeto”.

Se ha demostrado con insistencia que una buena comunicación con el paciente tiene implicaciones benéficas tanto para el paciente como para el médico. La satisfacción del paciente, su confianza absoluta en los planes diagnósticos y terapéuticos facilita la toma de decisiones, mejora los resultados del tratamiento y reduce los riesgos de una mala práctica profesional.

Para el médico, una buena comunicación implica la gratificación inmensa de haber hecho sentir mejor a un paciente, contribuir a su mejoría en otras, y ocasionalmente curarlo, tras conocerlo y lograr con él, un compromiso aceptable de cooperación en el tratamiento.
¡Sin embargo, cuán lejos estamos de una relación satisfactoria!

Los pacientes se quejan de que no se les presta la atención adecuada a sus problemas y al escaso tiempo del que disponen para su explicación; aducen además, que no reciben respuestas satisfactorias a sus inquietudes y que no participan en las decisiones de tratamiento. Esta situación es frecuente cuando el ortopedista atiende casos de urgencias y recibe el paciente del médico general, tras lo cual simplemente determina el tratamiento.

En el ámbito de la consulta externa, el ortopedista argumenta la presencia de variaciones entre los pacientes, los diferentes niveles de comprensión existentes y, las barreras culturales insalvables que impiden estandarizar el tiempo de la entrevista para todos entre 10 y 15 minutos.

Un problema adicional que la Academia Americana de Cirujanos Ortopedistas detectó en el año de 1998, es la percepción errada que tiene el ortopedista respecto a ser buen comunicador, cuando en realidad, sus pacientes no lo perciben así. El hecho evidente es que existe un abismo entre la percepción que tiene el ortopedista sobre sus habilidades de comunicación y la que tienen de él sus pacientes. El motivo más frecuente de demanda contra el facultativo “es la inconformidad del paciente o sus familiares por la información inadecuada suministrada por el médico”.

Con los cambios que se han presentado en el “negocio” de la medicina se ha erosionado la duración del contacto personal con el paciente y la calidad de la atención, en aras de la productividad que exigen los intermediarios de la salud, con fines económicos.

Los ortopedistas deben atender un mayor número de personas en menor tiempo, mientras las expectativas de los pacientes crecen día a día, en una relación inversamente proporcional a la calidad del servicio.

Las personas atendidas esperan más y mejores resultados de su proveedor de servicios ortopédicos en las empresas promotoras de salud (EPS), lo cual constituye una paradoja, ya que con la puesta en marcha de la ley 100, la relación médico-paciente en Colombia se deterioró, en especial en el área de la comunicación, al reducirse el tiempo de la entrevista y despersonalizarse la consulta.

Cada día existe menos tiempo para escuchar y hablar con el paciente, examinarlo, oírlo y entender claramente la información que transmite o intenta transmitir. De ello se desprenden muchos de los errores de diagnóstico clínico y de las complicaciones que encontramos a diario y que son la génesis de las frecuentes demandas médico-legales.

La cantidad de requisitos, papeles y documentos exigidos por el sistema, se ha desbordado en forma impresionante.

En el momento, el ortopedista tarda más completando historias, códigos, incapacidades y formularios que examinando o realizando procedimientos quirúrgicos a su paciente, lo que implica, además de las dificultades para la obtención de una buena historia, el no poder discutir a fondo aspectos relativos a la advertencia de riesgos, el consentimiento informado y las recomendaciones ambulatorias.

El primer paso para resolver un problema es aceptar su existencia, y según lo planteado con anterioridad, el tiempo constituye uno de los principales aspectos para resolver, siendo necesario recuperarlo durante la relación médico-paciente que se genera en la consulta externa y el postoperatorio.

El segundo paso es mejorar la comunicación entre el médico y su paciente, lo cual constituye la mejor profilaxis contra el alto riesgo de demandas.

Con este propósito es necesario implementar las habilidades que requiere una buena comunicación en el currículo de las escuelas de medicina, en los programas de residencia y en los cursos de actualización de la especialidad a través de talleres didácticos, que bien podría iniciar la Sociedad Colombiana de Cirugía Ortopédica y Traumatología siguiendo el modelo desarrollado por la AAOS.

¡Sólo así recuperaremos en 
algún grado, el arte perdido 
de la comunicación 
médico-paciente!

Jochen Gerstner Bruns, M.D.
Director editor

 

EMILE LETOURNEL (1927-1994)

El Profesor Emile Letournel falleció el 16 de agosto de 1994 en su hogar de París, Francia. Era el ícono contemporáneo de la cirugía pélvica y acetabular en el mundo, un gran amigo, maestro, instructor y miembro de la familia AO. La importancia de este hombre, su experiencia y sus monumentales contribuciones a la cirugía de pelvis y acetábulo no tiene paralelo en la cirugía moderna del trauma. Sus aportes de toda una vida al entendimiento de las fracturas complejas del acetábulo y las técnicas requeridas para tratar estas difíciles lesiones han definido los principios predominantes de la excelencia quirúrgica en la cirugía de las fracturas. Su deceso constituyó una gran pérdida para los cirujanos ortopedistas y traumatólogos del mundo.

En la historia de la cirugía ortopédica existen diversos ejemplos de contribuciones significativas de un cirujano a un área particular de la cirugía, las cuales han sobrevivido la prueba del tiempo; sin embargo, hay muy pocos ejemplos de un cirujano que haya contribuido toda su vida a la especialidad, tal como Emile Letournel.

Sus aportes empiezan con la descripción del diagnóstico radiológico y anatómico de las fracturas de acetábulo, para luego proponer una clasificación lógica de estas lesiones, en tipos elementales y fracturas asociadas. Su trabajo continúa con el desarrollo de dos exposiciones quirúrgicas, técnicas de reducción, instrumentos e implantes que se emplean mundialmente desde hace 25 años. El profesor Letournel inició la base de datos para los resultados inmediatos y a largo plazo del manejo quirúrgico de las fracturas acetabulares.

Publicó tres textos sobre fracturas del cótilo, con Robert Judet como coautor, ediciones consideradas como la biblia de las fracturas acetabulares.

Emilio Letournel nació en la isla francesa de San Pedro y Miquelon el 4 de diciembre de 1927. Se graduó en la facultad de Medicina de París en 1956 y se entrenó con Robert Judet, para posteriormente convertirse en su asistente. En 1970 fue Profesor y Jefe del departamento de Cirugía Ortopédica del centro médico quirúrgico del Hospital de la Port de Choisy, de donde se retiró de la vida académica en 1993. Se interesó también en la cirugía del reemplazo total de cadera, las fracturas de calcáneo y las infecciones óseas.

Emilio Letournel continúa siendo considerado como el pilar en la perfección de la cirugía de la pelvis y específicamente del acetábulo. Contribuyó con más de treinta artículos sobre el tema, diseñó dos vías de acceso al acetábulo, desarrolló la clasificación universal de las fracturas del acetábulo, y ha entrenado a innumerables cirujanos de todo el mundo en su exitosa técnica de la cirugía del acetábulo.

Desde 1984 emprendió la organización de los famosos cursos de cirugía acetabular en París. Era robusto, áspero y enérgico, y vivía la vida con gran energía y excitación. Su presencia en la sala de operaciones generaba movimiento. Tenía una impresionante habilidad para comprender las relaciones espaciales de los huesos pélvicos y una enorme experiencia quirúrgica en la “reducción perfecta” de las fracturas de la pelvis. Fue el cirujano ortopedista que le enseñó al mundo a entender las fracturas de acetábulo. Era muy inteligente, dedicado a su trabajo, y con un gran deseo de vencer; un hombre muy trabajador y tenaz, dijo de él, Joel Matta, su discípulo.

Este extraordinario individuo no fue enorme en su estatura física, pero sí inmenso en su personalidad y no contaba con rival en su campo. Fue un cirujano de cirujanos, un médico compasivo y un amigo sincero. Excelente conferencista, un maestro talentoso y sobre todo un médico honesto. Gozaba en la sala de operaciones con el reto de reconstruir una fractura y disfrutaba de los momentos personales con los amigos íntimos que fueron influenciados positivamente por este extraordinario y famoso cirujano.

Con motivo de la cerebración de más de 1050 fracturas acetabulares realizadas por él, sus alumnos agradecidos, sus colegas y amigos aplaudieron su excelencia en la docencia, su constante ayuda y entusiasmo en enseñar la perfección en la cirugía acetabular y le dedicaron con honor el número 305 de la revista CLINICAL ORTHOPAEDICS AND RELATED RESEARCH, publicada en agosto de 1994 y que él no alcanzó a leer.

Sección de Clásicos

Sección I Hombro

Sección II Columna

Sección III Cadera y Rodilla

Sección IV Tobillo y Pie

Sección V Pediatría

Sección VI Investigación

Título:
Ballena jorobada. Embajadora de Colombia en los mares del mundo.

Técnica:
Bronce a la cera perdida

Dimensiones:
Largo: 1mt. c/u

Autor:
Dr. Carlos Uribe Vélez

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